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6.5. SEXO ANAL

Lectura estimada:11 minutos
  • El sexo anal es un tipo de actividad sexual, al igual que el sexo oral o vaginal.
  • A menudo estigmatizado, puede ser practicado por personas de todas las sexualidades, siempre y cuando les resulte placentero.
  • Cuando se habla de sexo anal, la seguridad, el consentimiento, los límites y la protección son temas que pueden y deben tratarse.
  • Las mejores prácticas a la hora de enseñar sobre sexo anal incluyen: evitar avergonzar y difundir mitos, ofrecer acceso a recursos educativos de calidad y fomentar las pruebas de ETS e ITS como parte de los chequeos médicos (para adolescentes sexualmente activos).

6.5.1. INTRODUCCIÓN

El sexo anal, a menudo estigmatizado, es una forma de actividad sexual. No hay nada correcto o incorrecto cuando se trata de disfrutar de diferentes tipos de sexo y, aunque el sexo anal no es para todo el mundo, hay personas que lo disfrutan. Lo mismo ocurre con el sexo oral y vaginal. No es para todo el mundo, pero todo el mundo tiene derecho a experimentar y comprobarlo por sí mismo.

El sexo anal se refiere a la actividad sexual en la que interviene el ano. No implica necesariamente penetración y puede ser practicado por personas de cualquier sexo y orientación sexual.

6.5.2. DESARROLLO DEL TEMA

Un estudio llevado a cabo en por Hirst et al. (2022) argumentó que deconstruir la comprensión del sexo anal, que a menudo se basa en información errónea y juicios, puede fomentar y defender políticas y prácticas en materia de salud y educación sexual. En el mismo estudio se menciona cómo el sexo anal a menudo se descuida cuando se trata de la provisión de salud sexual para mujeres y niñas en el Reino Unido (donde se tomó la muestra).

6.5.2.1. Seguridad

Cuando se habla de seguridad sexual, se puede considerar tanto la salud mental/emocional como la física. Así, el concepto de sexo anal seguro incluye (pero no se limita a):

  • Consentimiento

Pedir consentimiento no debería ser negociable. Comunicarte abiertamente con tu pareja sobre el nivel de comodidad que sientes y hasta dónde estarías dispuesto a llegar es un buen primer paso cuando se abre el tema del sexo anal. Hay múltiples formas de pedir el consentimiento, algunas de ellas muy directas (¿quieres practicar sexo anal?) mientras que otras pueden ser más abiertas (¿te gustaría explorar otros tipos de sexo?). Asegurarse de que todos los implicados están de acuerdo y de que se pide y se da el consentimiento cada vez que la práctica cambia o tiene posibilidades de ir más allá, es lo que hará que la experiencia siga siendo placentera y cómoda.

Enseñar a los niños/adolescentes sobre seguridad y consentimiento en general, aprendiendo sobre las situaciones en las que se sienten cómodos y las que evitarían, es ayudarles a navegar también por su vida sexual, incluyendo el sexo anal. Utilizar un lenguaje adecuado a la edad y expresar la necesidad de dar y obtener el consentimiento antes de cualquier práctica sexual es ayudarles a crear una vida sexual sana en el futuro.

Puede leer más sobre el consentimiento en el tema 5.5.

  • Límites

Establecer límites (previo consentimiento) es una parte valiosa de las prácticas sexuales seguras y placenteras. Cuando se trata de sexo anal, debido al estigma que conlleva, los límites pueden ser útiles durante la parte de exploración (y después).

Hablar abiertamente sobre los contextos en los que te sientes bien y las situaciones en las que te sentirías incómodo puede ayudar a tu pareja a satisfacer tus necesidades y a ti a satisfacer las suyas.

Enseñar a los niños/adolescentes a hablar y tener en cuenta las necesidades de los demás en su vida diaria, probablemente también les ayude en su vida sexual. Saber que cada persona tiene sus propios límites y zonas de confort, y que algunos están más dispuestos a explorar nuevas experiencias que otros/as/es, puede guiarles en la creación de hábitos de salud sexual.

Los límites pueden ser los siguientes:

  • Me sentiría cómodo/a con el sexo anal si ambos nos hacemos pruebas de ETS e ITS”.
  • “Quiero probar el sexo anal después de hablar sobre la protección”.
  • “No me siento cómodo/a probando el sexo anal ahora mismo, pero me gustaría reabrir el tema en unas semanas”

Los límites son diferentes y personales, y no pasa nada si cambian. Asegurarse de que la gente conoce sus límites personales (y usted los suyos) hará que la experiencia sea más cómoda para todas las personas implicadas. Tenga en cuenta que puede cambiar de opinión y parar en cualquier momento si empieza a sentirse incómodo/a.

  • Protección

La protección es una parte valiosa de cualquier tipo de sexo, independientemente de la orientación sexual o del tipo de sexo (oral, vaginal, anal). Teniendo en cuenta que el ano no se autolubrica como la vagina y la sensibilidad de la zona, la protección incluye lubricante y preservativos..

6.5.2.2. Exploración y placer

Reconocer que el sexo anal es una práctica sexual como el sexo vaginal u oral, y que también se practica fuera de la comunidad LGBTQ+ es un punto de partida para desestigmatizarlo. La exploración y la búsqueda de placer son diferentes para cada persona y, siempre que la práctica sea consentida y la persona se sienta cómoda, no hay una forma que sea mejor que otra. Algunas personas encuentran placentera la exploración de las prácticas anales cuando están en el extremo receptor, mientras que otras prefieren estar en el extremo dador o en ambos.

Mientras que algunas personas pueden sentirse bien con cualquier tipo de exploración consentida, otras pueden tener preferencias relacionadas con:

  • Aseo/preparación
  • Vello corporal
  • Formas de exploración
  • Juguetes y juegos sexuales
  • Conversaciones al respecto

Por eso, preguntar por los límites y pedir consentimiento son prácticas que deben formar parte del proceso.

6.5.2.3. Deconstruir las ideas erróneas y los estereotipos

El sexo anal es arriesgado y sucio

El sexo anal implica riesgos, al igual que el sexo vaginal u oral. Debido a la sensibilidad del ano, puede haber un mayor riesgo de contraer una ETS. Sin embargo, este riesgo se reduce considerablemente si se utilizan correctamente la protección y el lubricante. Cuando se trata de calificar el sexo anal de sucio, tanto si se refiere a ETS e ITS como a la propia práctica y lo que puede implicar, la desinformación se propaga con increíble rapidez.

El sexo anal es solo para la comunidad gay

El sexo anal puede ser placentero tanto para las personas con próstata como para las que no la tienen. Es una elección, y es una práctica muy extendida también entre la comunidad heterosexual. Una encuesta que llevó a cabo AMP Agency en nombre de LifeStyles y SKYN Condoms en 2017 mostró que casi el 50% de las personas participantes (35% mujeres, 15% hombres) practicaban sexo anal (Skyn, 2017).

El sexo anal debilita tus músculos y puede dañar permanentemente tu cuerpo

No hay pruebas de que el sexo anal debilite o dañe permanentemente el cuerpo. Mientras que forzar algo en tu cuerpo que no te hace sentir cómodo o no prestar atención puede posiblemente hacerte daño, la práctica segura y lubricada del sexo anal no es dañina y no provoca daños físicos permanentes cuando se practica con cuidado (Gilmour, 2017).

También es valioso que los niños/adolescentes que aprenden sobre salud sexual conozcan información básica sobre el sexo anal, ya que puede ser una opción que quieran explorar. No conocerla puede empujarles a situaciones vulnerables en las que tal vez no dispongan de la información necesaria sobre prevención y protección, y tengan demasiado miedo para pedir consejo.

– 6.5.3. SITUACIONES DE DISCRIMINACIÓN RELACIONADAS CON EL TEMA –

B. es un joven de 14 años que se dio cuenta de que quería estar más informado sobre las prácticas sexuales antes de iniciar su vida sexual. Aunque pudo encontrar algo de información sobre prácticas sexuales hetero, siguió buscando recursos completos sobre otros tipos de sexo, incluido el sexo anal. Al no poder averiguar qué fuentes eran fiables y cuáles no, B. intentó expresar su deseo de querer aprender más sobre el sexo anal. Por miedo a ser juzgado, escribió una nota anónima y la puso sobre la mesa del profesor pidiendo información sobre protección y prácticas relacionadas con el coito anal. El profesor leyó la nota en voz alta y declaró que no es su trabajo enseñar sobre eso y que la persona que la escribió debería preguntar a sus padres/madres.

Un enfoque más adecuado habría sido intentar responder a las preguntas o redirigir a B. (y a la clase) hacia algunos recursos apropiados para su edad y explicar las cosas que sería necesario saber en materia de seguridad, prevención, protección y placer. Al dejar que lo buscaran por su cuenta, el profesor reforzó el estigma en torno al sexo anal y posiblemente colocó a B. (y a otros alumnos interesados) en una posición vulnerable de búsqueda por su cuenta sin saber qué fuentes son adecuadas para su edad, en qué información pueden confiar y con quién podrían hablar de ello.

6.5.4. BUENAS PRÁCTICAS

6.5.4.1. Evitar avergonzar y difundir ideas falsas/mitos

Evitar la difusión de mitos es una parte importante de la deconstrucción de conceptos erróneos y de la enseñanza sobre seguridad y diversidad sexual. Si no sabes mucho sobre el tema, en lugar de asumirlo, intenta leer algunos materiales al respecto (comprueba tus recursos cuidadosamente) y vuelve a la conversación cuando estés informado/a/e. De esta forma evitarás apoyar mitos o perpetuar estereotipos (como que el sexo anal es sólo para hombres homosexuales), y podrás animar a los/as/es adolescentes a ser cuidadosos en lo que se refiere a prevención y protección.

6.5.4.2. Ofrece acceso a recursos

Tanto si eres educador/a como si eres padre/madre, a menos que seas educador sexual, lo más probable es que los niños/adolescentes se sientan demasiado avergonzados para hacer preguntas sobre el sexo anal. Una forma eficaz de asegurarse de que reciben la información que necesitan es poner a su disposición recursos de calidad. Puedes elaborar una lista de las distintas fuentes que pueden consultar (blogs, redes sociales, libros, artículos, etc.) u ofrecerte a comentar con ellos las posibles opciones. Algunas de estas opciones podrían ser hablar con un experto, encontrar un sitio web que responda preguntas de forma anónima (desde un punto de vista educativo) o cualquier otro tipo de educación que se ajuste a las necesidades del niño/adolescente.

6.5.4.3. Fomentar las pruebas de ETS e ITS como parte de los chequeos médicos

Para los adolescentes sexualmente activos, fomentar la realización de pruebas de ETS e ITS puede ayudar a desestigmatizar algunas prácticas (como el sexo anal) y puede contribuir a que tengan una vida sexual sana. Teniendo en cuenta que ser diagnosticado de una ETS o una ITS también puede repercutir en la salud mental, normalizar las pruebas y el hecho de que tener una ETS puede formar parte de una vida sexual activa podría contribuir a una percepción positiva del sexo y la salud sexual.

6.5.5. REFERENCIAS

Gilmour, P. (2017). 5 anal sex myths that are totally wrong. Cosmopolitan. Retrieved from https://www.cosmopolitan.com/uk/love-sex/sex/a12118612/anal-sex-myths/.

Hirst, J., Pickles, J., Kenny, M., Beresford, R., & Froggatt, C. (2022). A qualitative exploration of perceptions of anal sex: implications for sex education and sexual health services in England. Culture, Health & Sexuality, 1–15. Retrieved from https://doi.org/10.1080/13691058.2022.2037020.

Skyn (2017). LifeStyles, S. C. SKYN® Condoms Millennial Sex Survey Reveals Nearly 50% Of Respondents Sext At Least Once A Week. Www.prnewswire.com. Retrieved from https://www.prnewswire.com/news-releases/2017-skyn-condoms-millennial-sex-survey-reveals-nearly-50-of-respondents-sext-at-least-once-a-week-300401985.html.EFER/

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