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5. COMUNICACIÓN

5.5. COMPORTAMIENTO NO CONSENTIDO- CONSENTIMIENTO

Lectura estimada:11 minutos
  • La autonomía corporal es importante a cualquier edad
  • El consentimiento es algo que siempre se pide
  • No pasa nada por cambiar de opinión o no dar nuestro consentimiento.
  • Aprender a establecer nuestros propios límites es tan importante como respetar los límites de los demás.
  • Nuestros límites personales muestran a los demás cómo deben tratarte.

5.5.1. INTRODUCCIÓN

La autonomía corporal es un concepto que toda persona, independientemente de su edad, debe conocer. Representa el control y el poder de decisión que tiene sobre su propio cuerpo en cualquier circunstancia. La autonomía corporal representa las opciones que tienes sobre lo que haces con tu cuerpo en una situación determinada. Si quieres que se respete tu autonomía corporal y respetar la autonomía y los deseos de las personas que te rodean, el comportamiento consentido desempeña un papel importante. Cuando pedimos/damos nuestro consentimiento antes de emprender acciones físicas y/o mentales, estamos creando un entorno más seguro en el que todos pueden expresar sus necesidades. Establecer límites enseña a los demás cómo tratarte y también muestra cómo te tratas a ti mismo. Estos límites pueden protegerte e informar a los demás sobre tu capacidad física y/o emocional.

5.5.2. DESARROLLO DEL TEMA

5.5.2.1. ¿Qué es el consentimiento?

Según McGuire (2021), lo que en realidad estamos debatiendo cuando hablamos de consentimiento y comportamiento consentido es tan sencillo como el respeto. Ya se trate del respeto hacia otra persona y sus elecciones o del respeto hacia uno mismo y sus propios deseos, todo se resume en el poder de decisión sobre el propio cuerpo, que está relacionado con la dignidad, la humanidad y la autonomía personal. Entonces, ¿cuándo es importante empezar a enseñar a los niños sobre el consentimiento y la autonomía corporal?

Los fisiólogos, como Jean Piaget, llegaron a la conclusión de que los niños observan y categorizan patrones de comportamiento antes incluso de empezar a desarrollar un sentido de sí mismos. En otras palabras, absorben todo lo que ven y oyen a su alrededor y empiezan a categorizarlo en casillas que pueden utilizar en diferentes interacciones sociales. En la sociedad actual, las dos principales posiciones sobre el consentimiento que se debaten están representadas por los guiones sexuales y sociales de la normatividad que nos rodea (McGuire, 2021).  Nosotros (padres, educadores, hijos) hemos visto y oído estas conductas tantas veces que acabamos normalizándolas y adoptándolas, a veces sin cuestionarnos siquiera si eso era lo mejor para nosotros. Es como si siguiéramos un guión. Si queremos crear una cultura del consentimiento, reconocer la existencia de un patrón problemático sería el primer paso del proceso, mientras que practicar nuevos comportamientos consensuados que nos acerquen a la sociedad en la que nos gustaría vivir, sería el segundo paso. Dar ejemplo teniendo claros los límites y respetándolos para uno mismo y con las personas que nos rodean. Los niños captan muy rápido y ver a padres/educadores con límites firmes les ofrecerá una sensación de seguridad y de la importancia de la autonomía corporal.

5.5.2.2. Pidiendo el consentimiento

El consentimiento es claro, continuo, coherente y voluntario (Healthline Guide to consent). Para evitar comportamientos no consentidos, es fundamental pedir y dar el consentimiento. Pero, ¿cómo pedir el consentimiento?

Independientemente del entorno en el que te encuentres y de la edad de la persona con la que interactúes, el consentimiento desempeña un valioso papel en cómo se desarrollará la interacción y cómo te sentirás después de ella. Algunas formas de pedir el consentimiento son

  • Preguntando directamente:
    • ¿Puedo abrazarte/besarte/tocarte? (Si la interacción se refiere a una acción física)
    • ¿Puedo hablarte de…? (Si la interacción se refiere a una acción mental).
  • Enmararlo como una cuestión de preferencia:
    • ¿Qué quieres hacer?
    • Dependiendo de lo que responda la persona, puedes seguir haciendo preguntas hasta que lleguéis a un punto en el que ambos os sintáis cómodos con lo que está pasando.

Si recibe un «no» por respuesta, respete los deseos de la persona y no insista.

Cuando responda «no» a una pregunta relacionada con el consentimiento, no tiene obligación de dar ninguna explicación o excusa, porque el comportamiento consentido es una elección que puede expresar libremente sin más explicaciones. Esta elección es válida a cualquier edad, y desempeña un papel importante en el desarrollo de pautas sociales sanas y del sentido de la autoconciencia y el respeto en niños y adolescentes.

Al estar tan inmersos en el mundo normativo que la sociedad ha creado, a veces tendemos a olvidar que cada persona es diferente y, por tanto, tiene necesidades distintas. Ya se trate de personas queer, neurodivergentes, cuestionadoras, discapacitadas o con un trasfondo cultural diferente, es importante recordar que todos y cada uno de nosotros y nosotras hemos pasado por experiencias diferentes y podemos tener diferentes desencadenantes o comportamientos con los que no nos sintamos cómodos. Dar por supuesto el consentimiento no está bien porque nunca podemos saber qué pasa por la mente de la persona que tenemos delante y qué necesidades puede tener a menos que se lo preguntemos directamente.

Cambiar de opinión después de consentir algo es totalmente correcto. Puede cambiar de opinión en cualquier momento de cualquier tipo de interacción y comunicárselo a la persona o grupo de personas con los que estás. Por ejemplo, si acepta que un familiar le toque el brazo o le abrace y en algún momento empieza a sentirse incómodo/a con el contacto, puede comunicarlo y cambiar la situación. El objetivo de un comportamiento consensuado es que se sienta cómodo/a durante la interacción y que se respete tanto su espacio personal como el de las personas con las que interactúa.

5.5.2.3. Poniendo límites

Establecer límites es lo que ayuda a las personas a transitar por el consentimiento y los distintos niveles de interacción con los que pueden sentirse cómodas. Los límites pueden establecerse tanto a nivel individual como en cualquier tipo de relación, ya sea romántica, sexual, amistosa, familiar o de cualquier otro tipo. Deben comunicarse claramente, pedirse y, lo más importante, respetarse.

Los límites pueden estar relacionados con el tiempo, las interacciones sociales, las interacciones que comprometen física y mentalmente (Selva, 2018). Por ejemplo, los límites individuales pueden ser así: «Me gustan los abrazos de amigos, pero no me siento cómodo abrazando a extraños» o «Necesito pasar una hora a solas después de cenar con mi familia». En un contexto familiar, es importante tener en cuenta que cada miembro de la familia (tanto padres como hijos) puede tener límites diferentes en relación con la forma en que les gustaría interactuar entre sí.

Las ventajas de tener límites sanos son una mejor salud mental y física, el desarrollo de la autonomía, el desarrollo de la identidad, evitar el agotamiento e influir en el comportamiento de los demás

– 5.5.3. SITUACIONES DE DISCRIMINACIÓN RELACIONADAS CON EL TEMA –

Cuando se acerca al espacio en el que sus alumnos están en el recreo, observa que B y F mantienen una conversación. Oye que B le pide a F que dé un paso atrás porque se están acercando demasiado físicamente. Al principio, no le da demasiada importancia, pero reconoce que B expresó un límite que quería que se respetara. Después, oye que F empieza a hacer bromas y a burlarse de B por pedir más espacio físico entre ellos y espera a ver la reacción de B. El lenguaje corporal de B está mostrando cómo se siente: está incómodo/a y da un paso atrás para crear el espacio que F no estaba dando. F insiste en hacer bromas y en acercarse a B.

Lo que puede hacer en esta situación es tener una charla con B para preguntarle cómo se siente y si tiene alguna necesidad específica en la que pueda ayudarle. A continuación, puede hablar con F y explicarle por qué su comportamiento no fue apropiado y qué consecuencias tuvo sobre B y su interacción. Intente evitar avergonzar o proyectar sentimientos de culpa; en lugar de eso, céntrese en el aprendizaje.

A continuación, podría ser útil tener una charla con toda la clase sobre el significado y la importancia de los límites y cómo establecerlos y respetarlos mutuamente. Esto mostraría al alumnado lo siguiente:

En primer lugar, que tienen control sobre su propio cuerpo y que no tienen por qué tocar o hablar con nadie con quien no se sientan cómodos.

Y, en segundo lugar, les muestra que las emociones e intenciones deben comunicarse si pueden interferir con los límites personales de alguien.

Es importante que los niños tengan control sobre su propio cuerpo, porque las decisiones que toman en el círculo escolar o familiar también influyen en las decisiones que tomarán en otros círculos sociales. Como ya se ha dicho, los niños copian los patrones de los adultos observando y absorbiendo la información relacionada con sus interacciones y categorizando esa información en cajas. Si quiere que sus estudiantes sean capaces de establecer límites en sus futuras relaciones románticas, sexuales, laborales, etc., puede empezar por hablarles de los límites en el contexto de la clase.

5.5.4. BUENAS PRÁCTICAS

Tomando los principios teóricos de Selva (2018), el establecimiento de límites se puede desglosar en cuatro pasos:

  • Identificar/Definir

El primer paso del proceso es identificar sus propias necesidades y los límites que le ayudarán a protegerlas.

  • Comunicar

Después de ser capaz de expresar con palabras sus límites personales, el segundo paso es compartirlos con la gente que le rodea. Si la gente no conoce sus límites, no puede respetarlos, y por eso es importante decir siempre lo que se necesita.

  • Mantener la sencillez

No hace falta que dé demasiadas explicaciones ni que se excuse. Tan solo establezca claramente sus límites.

  • Establecer consecuencias

Por último, pero no por ello menos importante, establezca consecuencias. Mencione a la gente por qué ese límite es importante para usted y cómo afectaría a su comportamiento si no se respetara. No puede controlar el comportamiento de los demás, pero sí cómo reacciona ante él, y establecer una consecuencia es mostrar a la gente que esos límites son importantes para usted y que, si no se respetan, su forma de interactuar con esas personas se ajustará en consecuencia.

Por ejemplo, digamos que no se siente cómodo con el contacto físico. Menciona que no quiere que la gente le abrace cuando queda con un grupo de amigos y que eso es importante para usted porque ese día necesita más espacio personal. Está estableciendo su límite (que no quiere un abrazo/tocamiento físico), está explicando por qué (necesita más espacio personal ese día) y lo dice desde el principio para que todo el mundo sea consciente de ello. Si aun así una persona del grupo viene y le abraza o le toca cuando ha dicho que no se sientes cómodo/a con ello, su respuesta podría ser tomar cierta distancia de esa persona para evitar ese tipo de contacto. En este caso, tomar distancia sería la consecuencia que establece para demostrarles que necesita que respeten sus límites.

Es importante conocer estas cuatro fases para poder ayudar al niño o niña en este sentido.

5.5.5. REFERENCIAS

McGuire, L. (2021). Creating Cultures of Consent: A Guide for Parents and Educators. In Google Books. Rowman & Littlefield. Retrieved from https://books.google.es/books?id=drAPEAAAQBAJ&printsec=frontcover&dq=teaching+consent+in+schools&hl=en&sa=X&vTurned=2ahUKEwiRx621vbr5AhUJRBoKHXhLCUQQ6AF6BAgBEAI#v=onepage&q=teaching%20consent%20in%20schools&f=false.

Selva, J. (2018). How to Set Healthy Boundaries: 10 Examples + PDF Worksheets. PositivePsychology.com. Retrieved from https://positivepsychology.com/great-self-care-setting-healthy-boundaries/.

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5.5. COMPORTAMIENTO NO CONSENTIDO- CONSENTIMIENTO

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