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6. AMOR, ROMANCE Y DIVERSIDAD EN LAS RELACIONES

6.3. PRÁCTICAS NO NORMATIVAS

Lectura estimada:14 minutos
  • La normatividad se refiere al hecho de que algunas acciones, actitudes o estados mentales se consideran justificados, un estado en el que las personas deberían encontrarse.
  • Las prácticas normativas incluyen las estructuras de relación, la expresión de género, la elección de actividades, la distribución de tareas, etc.
  • La supresión de los géneros/sexualidades/estructuras relacionales no normativos fue una herramienta empleada por los colonialistas.
  • Las personas que se encuentran bajo el paraguas de lo no normativo no tienen acceso a los mismos privilegios y seguridad que las personas normativas.

6.3.1. INTRODUCCIÓN

Toda sociedad se guía por determinados valores, actitudes y mentalidades de forma que se crea una mentalidad y una percepción convencionales. Estas prácticas se dividen en prácticas normativas (aquellas que están normalizadas y se perciben como parte de la vida cotidiana), y prácticas no normativas (las que se perciben como inusuales, a veces incluso raras, o incorrectas). El entorno geográfico, la religión y el contexto cultural y social son factores que influyen en lo que se percibe como normativo y lo que no.

6.3.2. DESARROLLO DEL TEMA

6.3.2.1. Prácticas normativas

La normatividad hace referencia al hecho de que algunas acciones, actitudes o estados mentales se consideran justificados, un estado en el que las personas deberían encontrarse (Influencias normativas y no normativas, 2022). Las prácticas normativas representan aquellas prácticas que se cree que encajan dentro de esa normatividad, mientras que dejan fuera todo lo demás que no se ajusta a los criterios. El concepto de normatividad puede relacionarse a menudo con la ética, haciendo que las personas perciban ciertos comportamientos como más éticos porque encajan en las normas y criterios que se consideran justificados. Un buen ejemplo de práctica y actitud normativas es cómo percibe la gente la heterosexualidad. Dado que encaja en las categorías que la gente coloca en la caja de la normatividad, ser heterosexual se percibe como algo dado, como lo «normal», mientras que tener cualquier otra orientación sexual se considera fuera de la norma, al tiempo que tiene un estigma asociado porque las personas no heterosexuales no podrían cumplir los criterios para ser etiquetadas como normativas.

Otro ejemplo sería la percepción de las personas neurodivergentes. La neurodivergencia es el desarrollo o funcionamiento diferencial del cerebro, lo que sitúa a las personas con cualquier tipo de desarrollo diferente fuera de la norma y de las prácticas normativas. A menudo no se tienen en cuenta las necesidades de las personas neurodivergentes porque se espera que se adapten a las prácticas y actitudes normativas.

6.3.2.2. Heteronormatividad

La heteronormatividad es el concepto que describe la heterosexualidad como la norma en nuestra sociedad. Asume la heterosexualidad de todos como algo dado en el binario de género (masculino o femenino). También se asocia con conceptos éticos, comportamiento incorrecto, virtud y bienestar (Enciclopedia Routledge de Filosofía). Esta asunción también viene acompañada de expectativas relacionadas con la expresión de género de las personas, la distribución de tareas (labores de cuidado, tareas en el trabajo, aficiones masculinas frente a femeninas, etc.), la posición social, etc.

Nuestro consumo de medios de comunicación está moldeando nuestra forma de ver el mundo, haciendo que lo percibamos de forma heteronormativa. Esta heteronormatividad está tan arraigada en nosotros/as/es y se ha convertido en parte de lo que percibimos como norma que apenas cuestionamos las prácticas, actitudes y mentalidad que seguimos.

Un buen ejemplo de ello es la representación mediática. En la mayoría de los cuentos, películas, series, canales de redes sociales y libros infantiles se representa una orientación heterosexual. Los príncipes se casan con princesas y los niños tienen un padre y una madre. Vemos la heterosexualidad como «la norma» y a las personas heterosexuales se las considera normativas.

Casi nunca nos detenemos a cuestionar por qué ciertas prácticas, como los cuidados, se atribuyen a las mujeres o por qué asumimos que las mujeres suelen representarse como indefensas o más vulnerables sin la presencia de un hombre. Aunque todo está arraigado en la historia y en nuestro bagaje cultural, es hora de empezar a cuestionar los supuestos que damos por sentados, en lugar de seguirlos por convención social.

Puede leer más sobre la heteronormatividad en la tema 2.3.

6.3.2.3. Representación

La mentalidad normativa afecta a todos/as/es los que no se ajustan a los patrones de comportamiento normalizados. Esto incluye a las personas que no encajan en el binarismo de género, la sexualidad normativa y las prácticas sexuales/románticas, las relaciones monógamas y/o el estilo de vida, las personas cuya expresión de género no coincide con su identidad de género, etc.

Al perpetuar la mentalidad y los supuestos normativos, se está borrando la identidad de las personas que no encajan en ella. Esto puede ocurrir cada vez que se hace una suposición heteronormativa. Por ejemplo, la suposición de que las mujeres llevan falda frente a los hombres que llevan pantalones borra la no normatividad porque lo que hace es:

  • Perpetuar el binarismo de género (masculine-femenino)
  • Perpetuar la idea de que la expresión de género tiene que coincidir con la identidad de género.
  • Reforzar la idea de que la sexualidad se atribuye en función del género y que la heterosexualidad es un hecho; todo lo demás está fuera de lo normal.

Hay muchas orientaciones sexuales diferentes, formas de expresar tu género o maneras de personalizar tus relaciones. Las suposiciones y los conceptos erróneos no hacen más que propagar y alimentar la desinformación.

6.3.2.4. Privilegio y seguridad de la normativa

Un privilegio es un derecho, ventaja o beneficio especial de un grupo restringido de personas en detrimento del resto de la sociedad. Aunque nadie puede elegir sus privilegios, lo que sí puede hacer es reconocerlos en lugar de fingir que no existen. Ser consciente de tus privilegios es una forma de dejar de perpetuarlos y de contribuir a un mundo más igualitario.

He aquí algunos privilegios que pueden darse por sentados y de los que deberíamos ser conscientes si queremos vivir en un mundo más justo e igualitario:

  • El privilegio de no salir del armario

Salir del armario es el proceso de revelar cualquier otro tipo de sexualidad que no forme parte de la norma. Las personas de la comunidad LGBTQ+ suelen tener que pasar por este proceso, descubriendo, aceptando y compartiendo su sexualidad. La mayoría de las veces, esto incluye situaciones mental y físicamente peligrosas, dependiendo de la zona geográfica, el trasfondo religioso y cultural, las normas sociales y muchos otros factores sobre los que no tienen ninguna influencia. A través del proceso de salir del armario, las personas se ponen en una posición vulnerable, teniendo que revelar información personal sin tener ninguna garantía sobre un resultado positivo del proceso. Mientras que algunas personas pueden aceptarlo y mostrarse abiertas al respecto, otras pueden reaccionar distanciándose de la persona, aislándola o maltratándola mental y físicamente.

A veces, las personas de la comunidad LGBTQ+ deciden ocultar su sexualidad o identidad a sus familias y/o amigos por su propia seguridad, mientras que las personas heterosexuales no tienen que pasar por ninguna parte de este proceso.

Puede leer más sobre la salida del armario en el tema 1.1.

  • Privilegio de ser cariñoso/a con su pareja en público

Ser cariñoso/a con su pareja en los espacios públicos es un privilegio que suelen tener las personas heterosexuales. Las personas que no son heterosexuales o que realizan cualquier práctica no normativa no tienen el lujo de mostrar afecto hacia su(s) pareja(s) en el espacio público sin poner en riesgo su seguridad emocional o física. Dependiendo del lugar, la religión y el trasfondo cultural pueden desempeñar un papel muy importante a la hora de censurar comportamientos.

  • Privilegio de compartir momentos importantes con su(s) pareja(s)

Ya sea por su sexualidad, por su estilo de relación o por cualquier otra práctica, las personas no normativas no se benefician de compartir momentos importantes con sus parejas del mismo modo que las personas normativas. Por ejemplo, las personas que son poliamorosas (tienen múltiples relaciones), las personas que no son abiertas sobre su sexualidad o las personas cuya sexualidad no fue aceptada por amigos y/o familiares, no tienen el privilegio de tener a su pareja a su lado en momentos importantes de su vida si esos eventos tienen lugar en espacios públicos (ceremonias de graduación, celebraciones, cumpleaños, etc.).

  • Privilegio de poder hablar abiertamente de su relación

Hablar de sus relaciones y parejas románticas/sexuales puede ser un privilegio si no es abierto/a sobre su sexualidad o su estilo de relación. Las personas que practican relaciones no monógamas o que tienen una sexualidad diferente (o que son asexuales/arománticas) a veces pueden quedar al margen de estas conversaciones. Esto puede estar relacionado con el miedo a no ser aceptados, a ser etiquetados y/o aislados o a estar en entornos que ponen en riesgo su salud (tanto mental como física).

  • Privilegio de sentirse representado y tener modelos de conducta

Cuando la mayoría de los contenidos que consumimos se alinean con los valores de la heteronormatividad, es más fácil para las personas heterosexuales encontrar modelos de conducta y personas con las que identificarse. Por otro lado, las personas queer y las que pertenecen a la comunidad LGBTQ+ tienen más dificultades para sentirse representadas, ver personajes en películas y/o libros con los que puedan identificarse o incluso conocer a personas que tengan sus mismas creencias o estilo de vida. Esto puede llevarlos a distanciarse o a creer que les pasa algo porque apenas ven a nadie que sea como ellos. Ya se trate de identidad de género, sexualidad, expresión de género, estilo de relación o cualquier otra práctica no normativa, la representación desempeña un papel importante en cómo se percibe esa práctica o actitud específica.

Teniendo esto en cuenta, una representación errónea o distorsionada contribuye a perpetuar estereotipos e ideas equivocadas, facilitando la difusión de información errónea. Por ejemplo, esto puede ocurrir cuando los personajes LGBTQ+ son representados de forma estereotipada en las películas (y por personas heterosexuales, en lugar de contar con alguien que se identifique con el personaje para representarlo).

  • Privilegio de tener acceso a información y recursos

Cuando aprende sobre usted mismo/a, su identidad, sexualidad y relaciones románticas/sexuales, tener acceso a la información y disponer de recursos entre los que puedes elegir contribuye mucho en su proceso de crecimiento. La mayoría de los recursos disponibles se interpretan desde una perspectiva heterosexual (Sumara, 1999). A menudo, las personas que no entran en la categoría normativa no tienen el mismo acceso a la información ni tantos recursos entre los que elegir. Un ejemplo de ello puede ser la representación de la construcción de relaciones no monógamas saludables o el aprendizaje sobre el placer sexual y la educación sexual como mujer o como persona queer. Tener más dificultades para encontrar fuentes de información fiables puede ralentizar el proceso de aprendizaje y exponer a las personas y poner en peligro su bienestar mental y físico.

Además de contribuir a un estilo de vida que no se enfrenta a los retos enumerados anteriormente, la normatividad también ofrece seguridad. Si un comportamiento o actitud encaja dentro de las normas, la seguridad de la persona no corre peligro. Por eso es tan importante reconocer que esta seguridad (mental, emocional y física) no está garantizada para las personas no normativas. A menudo, las personas no normativas tienen que elegir entre la seguridad y ser ellas mismas, por lo que normalizar las prácticas y actitudes no normativas es un paso valioso hacia la consecución de la igualdad.

– 6.3.3. SITUACIONES DE DISCRIMINACIÓN RELACIONADAS CON EL TEMA –

S. y R. son gemelos de 15 años que van juntos de viaje de estudios. S. es heterosexual mientras que R. está explorando su sexualidad. Tras intentar hablar con uno de sus padres sobre su sexualidad, a R. le dijeron que estaba confundido y que se le pasaría si se centraba en sentirse atraído por el género opuesto (dentro del binarismo de género normativo que rechaza otros géneros). Al ir de viaje, S. tuvo la oportunidad de explorar una conexión que sentía con uno de sus compañeros de clase y de hablar abiertamente de su enamoramiento, mientras que R. se sintió avergonzada de compartir nada de esa información.

Sentirse avergonzado/a por sentirse de cierta manera nunca puede tener un resultado positivo sobre alguien. El resultado más probable será que oculten sus sentimientos y experiencias, que se quedenfuera de las conversaciones y, a veces, incluso que se aíslen.

Lo que podría hacer en su lugar sería intentar tener una mente abierta y una comunicación clara con el niño o adolescente. Si necesita más información sobre el tema, siempre puede recurrir a recursos o expertos en la materia que le ayuden a entender major este punto. Intente tranquilizar al niño/a o adolescente diciéndole que no le pasa nada por sentir que no encaja dentro de las normas convencionales y que la diversidad y la exploración son cosas que hay que fomentar, no temer.

6.3.4. BUENAS PRÁCTICAS

6.3.4.1. Pregunte en lugar de hacer suposiciones

Cuando hable con alguien, evite hacer suposiciones sobre su sexo, sexualidad, tipo de relación que prefiere, religión, pronombres, etc. El hecho de que alguien parezca cumplir algunos de los criterios que estás acostumbrado/a a asociar con una determinada etiqueta (por ejemplo, si tiene aspecto femenino, su género debe ser femenino y su sexualidad heterosexual) no significa que se identifique con ella. Al asumir estas cosas sobre ellos, sólo está perpetuando la mentalidad heteronormativa y borrando sus identidades al no reconocerlas y darles espacio para existir.

6.3.4.2. Sea inclusivo/a en su lenguaje y comportamiento

  • Mantenga la mente abierta a la diversidad de cualquier tipo (sexual, de género, de relaciones, etc.).
  • Utilice un lenguaje neutro en cuanto al género
  • Utilice ejemplos variados en las conversaciones que no estén ligados a la heteronormatividad
  • Intente que los temas de conversación y los juegos sean inclusivos para todos (personas neurodivergentes, personas queer, etc.)
  • Pregunte por los pronombres de las personas.

6.3.5. REFERENCIAS

Normative and Non-normative Influences (2022). Study.com. Retrieved from https://study.com/learn/lesson/non-normative-life-events-overview-types-examples.html.

Routledge Encyclopedia of Philosophy (n.d.). Normativity. Retrieved from https://www.rep.routledge.com/articles/thematic/normativity/v-1.

Sumara, D., & Davis, B. (1999). Interrupting Heteronormativity: Toward a Queer Curriculum Theory. Curriculum Inquiry, 29(2), 191–208. Retrieved from https://doi.org/10.1111/0362-6784.00121.

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