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6.1. PLACER SEXUAL

Lectura estimada:16 minutos
  • Hay que fomentar el placer sexual, no avergonzarlo.
  • El placer sexual es importante para el autodescubrimiento y puede contribuir a la salud física y mental.
  • Cada persona es diferente y no existe una regla general que funcione para todos, por eso es importante experimentar.
  • Establecer límites y estar informado puede contribuir a crear un entorno más seguro que fomente el placer sexual.
  • Enseñar sobre comportamientos y fantasías considerados y respetuosos puede ayudar a evitar que se perpetúen los abusos.

6.1.1. INTRODUCCIÓN

En la sociedad actual, muchos países carecen de educación sexual y relacional, lo que se hace patente en el creciente número de embarazos adolescentes, la vergüenza y el sentimiento de culpa cuando se habla de sexo. Al evitar el tema, el problema ni desaparece ni avanza hacia una solución. En la educación sexual actual falta el discurso del deseo y el placer (Allen, 2007) y lo que estamos haciendo cuando decidimos no enseñar sobre sexo o placer sexual es poner a los niños y adolescentes en situaciones vulnerables y posiblemente peligrosas (tanto mental como físicamente) al empujarles a obtener la información de otras fuentes.

6.1.2. DESARROLLO DEL TEMA

6.1.2.1. Mantener una relación sana con tu cuerpo

Tener una relación sana con el cuerpo ayuda a tener una relación sana con la mente. Conocer y aceptar tu cuerpo puede mostrarse de forma diferente en las distintas culturas, religiones y entornos sociales. Teniendo en cuenta que cada persona tiene su propio ritmo, la idea de que sentirte cómodo con tu cuerpo te beneficia mucho a nivel mental y físico debería tener un gran valor en cualquier sociedad. Mientras que algunas culturas ni siquiera consideran a parte de su población sexualmente activa o capaz de tomar decisiones sobre su propio cuerpo, otras se centran principalmente en el placer de las personas que se identifican como varones. La información que presentamos en este material tiene a todas las personas como objetivo y defiende la idea de que todo el mundo tiene derecho al placer sexual (y a la seguridad que conlleva estar informado y ser consciente de sí mismo), independientemente de su sexo, género, orientación sexual, tipo de relación, capacidad o cualquier otro factor.

6.1.2.2. Acceso a la información

Elegir bien las fuentes de información es un factor determinante en la forma en que los niños/adolescentes perciben el sexo y el placer sexual. La información debe ser adecuada a la edad y clara. La educación que suele impartirse en las escuelas públicas no se centra en el sexo ni en el placer sexual, sino que enseña únicamente los aspectos biológicos del sexo y del sistema reproductivo. Además, a menudo el tema va unido a la culpa o la vergüenza, lo que podría mostrar a los niños/adolescentes que se trata de un tema tabú del que debería darles vergüenza hablar.

Al evitar el tema, los adultos están redirigiendo a los niños/adolescentes a otras fuentes de información que podrían ser su grupo de iguales, revistas, páginas web de pornografía, etc. El problema que esto conlleva es la posibilidad de aprender y difundir información errónea, lo que les pone en una posición vulnerable y aumenta el riesgo de verse inmersos en una situación peligrosa y/o de explotación o abuso sexual.

Si no te sientes cómodo proporcionando la información necesaria relacionada con el sexo y el placer sexual para todos, podrías redirigirles hacia recursos de confianza (blogs, páginas web, cuentas en redes sociales, etc.) u organizar una sesión con educadores sexuales que les enseñen qué es el placer sexual, cómo pueden conseguirlo de una forma más segura y a qué pueden prestar atención.

El conocimiento es poder. Cuanto más sepan sobre su cuerpo y su funcionamiento, mejor preparados estarán para actuar en situaciones potencialmente peligrosas. Además, el sentirse cómodos en su propia piel y experimentar con sus cuerpos (algo que probablemente ya estén haciendo) puede ayudarles a desenvolverse en sus futuras relaciones con otras parejas sexuales.

6.1.2.3. Crear un entorno seguro

Crear una sensación de seguridad puede ayudar a explorar y experimentar con el placer sexual. Los niños/adolescentes deben saber cómo crear ese entorno para asegurarse de que todo lo que vaya a ocurrir sea consentido y de que todos los implicados se sientan cómodos con ello. La información que reciban debe ser apropiada para su edad. Algunos puntos comunes que se podrían tratar a todas las edades (en diferentes niveles de profundidad) son::

  • Hablar acerca del placer sexual

Hablar de sexo y placer sexual debe ser uno de los puntos de partida de la conversación. No hay nada vergonzoso en centrarse en el placer sexual y los adolescentes deben ser conscientes de ello. Cuando hable con ellos, trata de evitar el uso de metáforas o palabras diferentes para designar las partes del cuerpo o las actividades sexuales, porque pueden confundir y hacer que los límites sean borrosos para los oyentes, dejándoles expuestos y vulnerables. Utilizar palabras diferentes para designar las partes del cuerpo y/o las actividades sexuales también convierte el tema del sexo y el placer sexual en tabú y algo vergonzoso. Describiendo las partes del cuerpo tal como son, sin vergüenza ni culpa, se crea un entorno que puede reducir el riesgo de abusos sexuales y acoso sexual.

Como padre o madre, si no se siente cómodo/a haciéndolo, intente encontrar un entorno en el que sus hijos adolescentes puedan aprender sobre ello (recursos o materiales cuidadosamente elegidos, educadores sexuales, talleres de educación sexual, etc.).

  • Comunicación clara y establecimiento de límites

Establecer límites para la exploración sexual y el placer sexual puede contribuir a tener una experiencia positiva. Enseñar a los niños/adolescentes a comunicarse con claridad también les ayuda a expresar lo que les gusta o no les gusta en sus conversaciones con sus parejas sexuales.

Aprender a poner límites en su vida cotidiana contribuye a que también lo hagan activamente en su vida sexual. Pedir/dar el consentimiento es una parte valiosa de cualquier exploración hacia el placer sexual. Anímeles a evitar suposiciones y explíqueles que recibir el consentimiento para una parte del cuerpo/actividad/ocasión concreta no significa que el consentimiento sea válido en general. En su lugar, anímeles a que vuelvan a pedir consentimiento cuando pasen a una parte del cuerpo y/o actividad diferente con sus parejas sexuales.

  • Un recordatorio importante

Asegúrese de que sepan que siempre está bien cambiar de opinión y que no necesita tener ninguna razón específica ni dar explicaciones por ello. Deben saber que tienen control sobre su propio cuerpo.

  • Usar protección

Experimentar con distintos tipos de protección (preservativos, barreras dentales, etc.) para el sexo oral/vaginal/anal puede convertirse en algo divertido y útil. Muestre a los adolescentes dónde pueden informarse sobre el uso de medidas de protección, por qué deben usarlas y cómo pueden hacerlo. Por miedo o por falta de conocimientos, a veces el uso de protección puede percibirse como una barrera contra el placer sexual. Intente reforzar la idea de que puede ser divertido y seguro al mismo tiempo.

Como madre o padre, podría intentar crear un espacio en el que su hijo o hija pueda hablar abiertamente sobre los distintos tipos de protección. Si no se sienten cómodos hablando con usted sobre el tema, puede ofrecerles fuentes de información y/o ayudarles en el proceso de hablar con un/a educador/a sexual. Hoy en día, muchos educadores sexuales crean contenidos en línea para ofrecer acceso a la información y desmentir mitos relacionados con el sexo y el placer sexual.

  • Evitar avergonzar y culpar

Avergonzar a los niños/adolescentes por sentir (o no sentir) atracción sexual hacia un sexo, género o práctica específicos puede dar lugar a que oculten información, se sientan culpables de sus emociones y se avergüencen a sí mismos. Lo mismo puede ocurrir si se avergüenza o culpa a alguien por la cantidad (o la falta) de atracción sexual y deseo sexual que siente. Un ejemplo de esto es el «slut shaming» (traducido a veces al castellano como “tildar de prostituta”), que avergüenza a una persona por ser sexualmente activa o por tener un mayor número de parejas sexuales que uno mismo.

La vergüenza puede contribuir a que se aíslen de conversaciones o prácticas relacionadas con el sexo y perpetúa la idea de que algunas prácticas sexuales pueden ser tabú mientras que otras pueden ser más abiertas (por ejemplo, hablar del placer sexual de los hombres está normalizado mientras que hablar del placer sexual de las mujeres o de otro género no lo está). Estas suposiciones y conceptos erróneos a menudo están relacionados con el género, por ejemplo «a los hombres les tiene que gustar mucho el sexo», «las mujeres no se masturban tanto como los hombres», «las mujeres deben ser puras (vírgenes) cuando se casan» (en algunas culturas); y todo esto contribuye a perpetuar la desigualdad de género. Además, basándose en estereotipos de género y características asumidas, la misma situación puede ser beneficiosa para las personas que se identifican como hombres y vergonzosa para las que se identifican como mujeres: un hombre con muchas parejas sexuales es un hombre experimentado, mientras que una mujer con muchas parejas sexuales es una zorra.

6.1.2.4. Desmontando mitos

Los hombres sienten más placer sexual

El placer sexual es para todos y todas, y animar a los adolescentes a explorar y experimentar con su cuerpo de forma segura les beneficia a ellos y a sus parejas sexuales actuales y futuras.

Es más difícil para una mujer llegar al orgasmo

Los cuerpos anatómicamente femeninos/intersexuales funcionan de forma diferente a los cuerpos anatómicamente masculinos. Debido al hecho de que el placer era (y es) percibido como tabú para ciertos géneros en la mayoría de las culturas y religiones del mundo, la investigación disponible sobre el placer sexual es en su mayoría investigación que se hizo en los cuerpos masculinos. Aun así, experimentando y explorando con diferentes métodos, estímulos y actividades, otros tipos de cuerpos pueden alcanzar el orgasmo con la misma facilidad.

Lo que funciona con una persona debería funcionar con todas

Como se ha especificado antes, cada cuerpo funciona de forma diferente. Intente evitar asumir que, si a una de sus parejas sexuales le gustó algo, significa automáticamente que a todas sus futuras parejas sexuales les gustará lo mismo. La actividad sexual y el placer sexual son personalizados para cada uno, e implican límites, autoconciencia y consentimiento. Lo mejor es preguntar antes de probar algo nuevo.

Si alguien no quiere tener relaciones sexuales con usted significa que le pasa algo

Hay personas que no encuentran atractiva ninguna actividad o no experimentan placer sexual (por ejemplo, algunas personas asexuales). Tenga en cuenta que el gusto por el sexo o la actividad sexual es una elección personal, no una regla general.

Expectativas generadas por el porno vs. vida real

Tener una vida sexual como la de una película porno no tiene por qué ser tu objetivo final ni tu ideal de experiencia sexual. Las películas porno están hechas por profesionales y pueden implicar mucha actuación, edición o experimentación con cosas que no todo el mundo se siente cómodo haciendo. El sexo y el placer sexual deberían consistir en sentirse cómodo, probar nuevas fantasías o explorar distintas opciones. Al empezar a ver porno, es importante reforzar la idea de que el sexo y el placer sexual no tienen por qué ser de una determinada manera y que más bien son personalizados por las personas que participan en el acto.

Para más información puede consultar el tema sobre consumo de porno.

6.1.2.5. Exploración y enfoque en el placer

La clave para encontrar el placer sexual es seguir experimentando para ver qué funciona mejor para su cuerpo. No existe una regla general ni una forma «correcta» de hacerlo, ya que cada cuerpo es diferente y tiene su propia percepción de las sensaciones y los estímulos.

Cuando hable con niños/adolescentes sobre el placer sexual, intente transmitirles la idea de que no todos los cuerpos funcionan de la misma manera y que eso está completamente bien. Es importante que entiendan que no hay nada malo en ser diferente o sentir algo que otras personas no sienten.

El placer sexual puede venir de todo tipo de actividades sexuales que puedes hacer solo o en pareja:

  • Besar
  • Tocar
  • Frotarse
  • Masturbarse
  • Usar juguetes sexuales
  • Sexo oral/vaginal/anal
  • Sexting/sexo telefónico, etc.

Puede explorar estas actividades por su cuenta o con su pareja. Si explora por su cuenta, podrá tener una mejor comunicación durante las actividades sexuales en pareja, ya que podrá expresar lo que le gusta y lo que evitaría.

Reducir el sexo a su función biológica de reproducción es reducir (a veces incluso borrar) la oportunidad de descubrir el placer sexual. Si enseñamos a los niños/adolescentes que conocer su cuerpo y centrarse en el placer sexual les beneficia, podrán crear relaciones sexuales respetuosas y consentidas cuando sean mayores. Además, al aprender sobre la exploración y el placer, podrán seguir experimentando con diferentes estilos de relación y prácticas sexuales menos normativas de una forma más segura.

– 6.1.3. SITUACIONES DE DISCRIMINACIÓN RELACIONADAS CON EL TEMA –

Después de una clase de educación sexual, su hijo/a adolescente viene a contarte que el profesor/a les sorprendió con una actividad que consistía en una conversación sobre el placer sexual. Su hijo/a le explica cómo el profesor/a pidió a todos que escribieran en un papel todo lo que supieran sobre la actividad sexual y el placer sexual y, al leer los papeles en voz alta, todos se dieron cuenta de que la mayor parte de la información se centraba en el placer de los varones heterosexuales. Esto les llevó a concluir que había un vacío de información relacionada con el placer sexual en las mujeres, las personas queer con sexualidades diferentes y cualquier otra persona que no se identificara como varón heterosexual.

Como padre o madre, lo que podría hacer en esta situación es orientar a su hijo/a hacia recursos donde pueda informarse y minimizar ese vacío de conocimiento. También puede sugerirle recursos que tengan secciones dedicadas a preguntas en las que pueda encontrar respuesta a sus dudas sin tener que hablar directamente con usted.

6.1.4. BUENAS PRÁCTICAS

6.1.4.1. Evitar los estereotipos, la vergüenza y la culpabilización

Perpetuar estereotipos como «las mujeres son más sensibles y emocionales» mientras que «los hombres son duros y les gusta el sexo salvaje/agresivo/dominante» es lo que normaliza la posible vergüenza, la culpa o el deseo de reafirmarse ante nuestras parejas sexuales. En lugar de avergonzar o hacer sentir culpable a alguien por su forma de practicar sexo o explorar el placer sexual, pruebe a preguntarle qué le gusta. Evite hacer suposiciones basadas en el carácter o el aspecto físico de alguien e intente crear el hábito de preguntar a cada nueva pareja sexual con qué se siente cómoda y cómo le gusta explorar su placer sexual.

Siendo conscientes de que a veces los niños/adolescentes pueden tener acceso a esta información muy pronto, intente replantear la información que tienen de forma que adquiera un valor positivo. Por ejemplo, si un niño le dice que ha oído que las mujeres son muy emocionales y que les gusta encariñarse con sus parejas, intente explicarle que cada persona es diferente y tiene sus propias necesidades. Mientras que algunas personas pueden sentir la necesidad de tener una conexión emocional más fuerte antes de cualquier actividad sexual, otras pueden preferir crear una conexión a través de una conversación o de cualquier otra forma. A continuación, fomente una comunicación clara y hable sobre límites, protección y exploración segura.

Intente explicar que no es vergonzoso tener diferentes puntos de vista sobre el placer sexual o excitarse con diferentes actividades y estímulos.

Para más información puede consultar el tema sobre roles y estereotipos de género.

6.1.4.2. Caja de preguntas anónimas

Debido a la vergüenza y la culpabilidad que conlleva el tema del placer sexual, especialmente para cualquiera que no se identifique como varón, hacer preguntas puede resultar un poco intimidante cuando todo el mundo te oye decirlo en voz alta. Una buena forma de evitarlo es crear un buzón anónimo en el que los niños/adolescentes puedan hacer preguntas sobre sexo y placer sexual. Podría revisar el buzón con regularidad y ayudar a proporcionar esa información. Thomas Schallhart, fundador de Critical Queer Solidarity, aconseja a los profesores que traigan a expertos o educadores sexuales que puedan responder a esas preguntas en detalle y facilitar así la participación de los niños/adolescentes sabiendo que la persona que responde a esas preguntas no será su profesor de todos los días. Esto animaría a los niños/adolescentes a ser más abiertos y a tener menos miedo o vergüenza de hacer preguntas.

6.1.5. REFERENCIAS

Allen, L. (2007). “Pleasurable pedagogy”: young people’s ideas about teaching “pleasure” in sexuality education. Twenty-First Century Society, 2(3), 249–264. Retrieved from https://doi.org/10.1080/17450140701631437.

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